domingo, 5 de abril de 2009

La estructura de las redes de plantas y polinizadores


En los últimos años hemos visto avances importantes en el estudio de las redes de interacciones mutualistas (es decir, de grupos de especies que se benefician mutuamente, como las plantas y sus polinizadores o dispersores de semillas). Y, como suele suceder, se ha generado debate, en este caso sobre los factores que determinan la estructura de estas redes.

Algunos propusieron que esta estructura es el resultado de "interacciones prohibidas", determinadas por características de las especies que interactúan (como el color y el olor de una flor, el largo de la "lengua" de una abeja o el valor nutritivo de un fruto) y su distribución espacial y temporal (la época de floración de una planta o el período de actividad de un insecto). Por ejemplo, una flor tubular muy larga impide que una abeja con lengua corta llegue al néctar, y las semillas de una planta que produce frutos en la primavera no pueden ser dispersadas por un ave que solo está presente durante el verano. Otros sugirieron, en cambio, que la estructura de las redes de interacción podía deberse simplemente a la interacción alteatoria entre plantas y animales (la llamada "hipótesis de la neutralidad"). Es que en los ecosistemas suele haber unas pocas especies muy abundantes y muchas raras, y esta distribución de la abundancia también genera redes con algunas características parecidas a las redes reales.

Con mis colegas Natacha (Nachu) Chacoff y Luciano Cagnolo hicimos un análisis evaluando la importancia relativa de estos factores, utilizando los datos de la red de plantas y polinizadores de en nuestros sitios de estudio en la Reserva Natural Villavicencio, ubicada 40 km al norte de la ciudad de Mendoza. Estos datos (que pronto publicaremos separadamente con Nachu y otros colegas) son el resultado de dos años de trabajo bajo el sol y entre las espinas del arbustal del Monte de Villavicencio. Nuestra conclusión, resumida en un artículo que será publicado pronto en la revista Ecology, sugiere que tanto las interacciones prohibidas como las interacciones neutrales son importantes para determinar la estructura de la red de Villavicencio. Además, nuestro estudio muestra que si bien podemos predecir parte de la estructura, todavía estamos lejos de predecir todos los detalles.

Vázquez, D. P.; Chacoff, N. P. & Cagnolo, L. 2009. Evaluating multiple determinants of the structure of mutualistic networks. Ecology 90: en prensa

miércoles, 1 de abril de 2009

Cambio climático y enfermedades infecciosas

Los recientes brotes epidémicos de dengue en Bolivia, Brasil, Paraguay y el norte de Argentina nos recuerdan una de las tantas posibles consecuencias del cambio climático: el aumento en la distribución y la incidencia de las infermedades infecciosas, sobre todo aquéllas transmitidas por vectores. En un artículo de síntesis publicado hoy en la revista Ecology, Kevin Lafferty argumenta que la evidencia de que el cambio climático está favoreciendo a las enfermedades infecciosas es todavía limitada. La síntesis de la literatura publicada por Lafferty indica que a pesar de que algunas proyecciones climáticas sugieren que habrá un aumento dramático en la distribución de estas enfermedades, otras sugieren solo un desplazamiento de la distribución geográfica, sin haber necesariamente un aumento neto en el área total de distribución. Lafferty nos llama a recordar la complejidad de las interacciones ecológicas que determinan la ocurrencia de las enfermedades infecciosas, y que estas interacciones pueden a veces contrarrestar los efectos del clima.

Como era de esperar por sus conclusiones, el artículo de Lafferty ha generado un agitado debate aún antes de su publicación. Como explica el editor a cargo del artículo, Kenneth Wilson, los pares revisores tuvieron opiniones muy encontradas sobre la validez de las conclusiones de Lafferty. Fue tanta la disputa que Wilson decidió publicar el artículo y a la vez pedir a varios ecológos con amplia experiencia en el campo de la epidemiología de enfermedades infecciosas que escribieran comentarios sobre el artículo de Lafferty. Un debate muy interesante...

La lectura de este debate me lleva a dos conclusiones principales. La primera es que si bien es altamente probable que el cambio climático afecte la distribución de muchas enfermedades infecciosas, no es claro que la amplitud geográfica y la incidencia total de enfermedades infecciosas vaya a aumentar. La segunda es que para poder contestar esa pregunta necesitamos mejores datos y mejores modelos; es decir, hace falta estudiar mucha ecología.

Lafferty, K. D. 2009. The ecology of climate change and infectious diseases. Ecology 90: 888-900